¿Es la pornografía la nueva educación sexual?
¿Crees que la pornografía está reemplazando a la educación sexual? Mi respuesta, lamentablemente, es sí.
El acceso temprano a la pornografía
El contacto con contenidos pornográficos ocurre a edades cada vez más tempranas. Esto refleja una alarmante falta de educación sexual en la infancia, según varios estudios.
• Datos preocupantes:
• Según Pornhub, la plataforma de contenido para adultos más grande del mundo, muchos niños de apenas 11 años ya han accedido a material pornográfico.
• La Agencia Española de Protección de Datos señala que la edad promedio de acceso al porno en España es de 8 años.
¿Por qué ocurre esto?
En España, es común que durante la comunión (alrededor de los 8 años) los niños reciban regalos como tablets o teléfonos con acceso libre a Internet. Aunque a esa edad no tienen interés erótico, se topan con contenido pornográfico mientras navegan en la web, ya sea por anuncios, redes sociales como TikTok o enlaces inesperados.
El problema no es solo la exposición prematura, sino también la forma en que el contenido pornográfico está evolucionando. Por ejemplo, el creador, Jordi ENP (El Niño Polla), tiene una audiencia con muchos menores de edad.
Normalización de la pornografía
Los niños se encuentran de bruces con estas escenas y no las entienden, pero las van normalizando. Es la educación y modelo de sexualidad que empiezan a integrar. ¿Por qué entienden eso como sexualidad real? Muy sencillo, porque no les hemos explicado que existe otra.
Además, los actores parecen cada vez más infantiles y los más pequeños les siguen como si fuesen auténticos influencers, como modelos a seguir…. Mientras que ni familias ni escuelas hacen nada al respecto.
Todo esto lleva a destruir por completo la futura vida sexual de generaciones, pero no, no demonicemos al porno. En realidad, la culpa es nuestra por no hacer nada al respecto. ¿Por qué? Porque si, realmente, tuvieran de base una buena educación sexual, no ocuparía ese espacio otra información errónea.
Consecuencias del porno como sustituto de la educación sexual
Los niños y niñas no tienen ni idea de cómo es la sexualidad adulta, pero se lo estamos mostrando en vídeos y contenidos pornográficos que son, generalmente, machistas, extravagantes e, incluso, relacionados con la violencia.
Esto hace que se conviertan en adultos que perpetúan conductas pornográficas y no han disfrutado jamás de su sexualidad, sin hablar del riesgo de enfermedades sexuales, caer en relaciones tóxicas, etc.
A partir de los once años, ya van los niños a buscar el contenido porque se empieza a desarrollar la pubertad y despierta el interés sexual. Sin embargo, padres, madres y profes seguimos sin hablarles e informarles sobre este tema.
El porno como educación sexual
Como hemos visto, las consecuencias de que los pequeños se informen y se formen en educación sexual a través del porno no es la mejor opción y es que este tipo de contenidos se aleja de la realidad y confunde, creando estereotipos y conductas que no son las más adecuadas.
Consecuencias de usar el porno como educación sexual
Los niños y niñas desconocen cómo es la sexualidad adulta saludable, pero están expuestos a contenidos pornográficos que suelen ser machistas, exagerados e incluso violentos.
Esto tiene serias repercusiones:
• Muchos adultos terminan replicando conductas pornográficas sin haber disfrutado plenamente de su sexualidad.
• Aumenta el riesgo de enfermedades de transmisión sexual, relaciones tóxicas y confusión sobre el consentimiento y el respeto mutuo.
A partir de los 11 años, la pubertad despierta el interés sexual, y muchos menores comienzan a buscar contenido de manera activa. Sin embargo, padres, madres y profesores siguen sin abordar este tema de manera abierta y educativa.
El porno como una falsa educación sexual
Como hemos visto, permitir que los niños aprendan sobre sexualidad a través del porno tiene consecuencias negativas. Este tipo de contenidos distorsiona la realidad, genera confusión y refuerza estereotipos y comportamientos perjudiciales.
Es fundamental actuar ahora: hablar, educar y brindar una guía adecuada para que los más jóvenes entiendan y vivan una sexualidad sana y respetuosa.
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